lunes, 28 de mayo de 2007

Aquella Rosa

Un día pase por un jardín, que no era mio. Y descubrí una rosa de exclusiva belleza. La admire por unos minutos y decidí acercarme. La acaricie, la bese y la retuve por unos instantes entre mis manos.

Sin que nadie lo supiera, la pensé mía. Y sin decírselo a nadie, la quise como si fuese mía.

Cada vez que podía, me acercaba a ese jardín, que no era mio, y pasaba con ella hermosos momentos de alegría.

Con los primeros rayos del sol, florecía alegremente, mostrando que era el cascabel de la mañana que sonreía complaciente y contagiosa.

Y a pesar que no era mía... y a pesar que la sentía como mía, yo siempre supe que un día esa hermosura de flor se iría a otro jardín, que no seria el mio, y seria mas hermosa todavía.

Hoy ha llegado el momento en que te amo como nadie lo hara. Y tal vez estas mas hermosa que nunca. Y a pesar que me hubiese gustado retenerte como aquel capullo al que un día descubrí, en un jardín que no era mio, me resigno al verte radiantemente feliz y satisfecha de las metas logradas, porque estas muy comoda con la vida que tienes

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