martes, 7 de agosto de 2007

¿Mi Musa o mi Cordillera?

Te busco,
Y mi mirada te encuentra.
Ahí estas,
Tan majestuosa y hermosa como siempre,
Te vistes de blanco cubriendo hasta tus pies.

Un frío habita en todo tu cuerpo,
Que me congela con solo mirarte.
He andado por senderos blancos y vírgenes,
Que ni aun tú conocías,
Que nadie ha andado jamás por ahí.

Ahí están,
Tan quietos y tan peligrosos como siempre,
Que si alzo la voz pueden derrumbarse,
Provocando gran tragedia en toda tu gente.

Pero así te amo,
Tal y como eres.
Blanca, virgen y peligrosa.
Se que solo yo he recorrido esos lugares.
Se que nadie mas lo hará.
Se que aun no me puedes olvidar,
Y que ya volviste a cubrir de blanco tu suave y helada piel.

Sobre esos perfectos montes quisiera dormir nuevamente,
Para poder sentirte de cerca y enfríes mi cuerpo caliente.
Mirarte cada mañana,
Es lo mejor que me ha pasado.
Ver como el sol sale por tus tan codiciables curvas y calienta todo lo que esta tras de ti.

¿Cómo no amarte con locura si eres quien me ha cobijado en tus vestidos con admirable ternura?
Caigan todos rendidos ante ella, que es quien me devolvió la vida,
Haciendo que cada mañana sea perfecta, al despertarme y mirarla,
Ya sin la luz de las estrellas.
Jeffrey Steven

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